viernes, 19 de diciembre de 2014

Es tiempo de hacer chapas.


Acabé mi trabajo en el segundo libro de la saga del doctor Uriel. Ahora los amigos cercanos lo leen atentamente y me ayudan con la ortografía o afinando la narrativa. Elena comienza a colorear.



Hay que ordenar el estudio. Recojo papeles, escritos de versiones anteriores, “storys", bocetos a lápiz, ensayos de tinta… papeles que guardo en cajones, para las exposiciones futuras.
Pero siempre sobran pequeños dibujos, detalles, esquinas ilustradas en cualquier folio,  y con este material fabricamos nuestras chapas. Chapas con dibujos originales, jamás reproducciones.


Es lo que en el estudio llamamos el “pinchart”. Una chapa es un dibujo enmarcado, que puedes colgar de un clavo, poner en una cortina, llevarlo en un bolso o cualquier otro uso que se te ocurra.


Las chapas son mi material de promoción favorito, las regalo, en las presentaciones, ferias y eventos varios a los que acudo. Porque aunque mi cabeza ya está en el tercer libro, aún sigo promocionando el primer libro, y anunciando el segundo que ya está en capilla.
Fui invitado al salón del cómic de Zaragoza y allá que acudí con mi saquito de chapas.


Después estuve en Burriana en otra entrañable presentación, mano a mano, con Paco Roca.


Decididamente, he comprobado que la chapa es un regalo que gusta.

lunes, 27 de octubre de 2014

Última escena de "Atrapado en Belchite".


Hoy nos quedamos en casa.

Me he dado cuenta de que en las últimas entradas de este blog me dedico a viajar, a hacer presentaciones y vida social. Y la realidad es que, entre tanto, la historia que llevamos entre manos, está llegando a su fin. Apenas una escena final por dibujar y entintar.

Os pongo al día de cómo va avanzando la historia...

martes, 26 de agosto de 2014

Viñetas desde A Coruña.


“Viñetas desde o Atlántico” es uno de mis eventos favoritos.
Exposiciones muy cuidadas y bien pensadas. Charlas públicas con dibujantes, con guionistas y con la prensa.  Firmas de ejemplares en un ambiente de ciudad en fiestas, con todo el mundo en la calle, muchos coruñeses y muchos forasteros que hemos huido de la canícula veraniega del sur. Por la noche conciertos en la playa... con chaqueta. ¡qué elegancia!


Elena y yo somos los mayores del grupo de artistas invitados este año en “Viñetas”. Una peña de dibujantes, guionistas, organizadores, críticos, libreros y familias, con niños por medio y un ambiente de semivacaciones muy agradable.


Todos estamos en el mismo hotel, al lado del Kiosco Alfonso, que durante estos días se convierte en la sede principal del “Viñetas”, allí vamos a hablar en público, a atender a la prensa o a firmar libros. Las casetas de librerías, el bar de enfrente en el jardín, lugar de encuentro de los invitados y la organización, todo está cerca y así es inevitable que la relación que se establece entre nosotros sea también cercana,  pues tenemos muchos momentos para departir, para comentar o bromear y para conocernos y saber como es la vida en otros lados de este poliédrico mundo de los comics. ¿Los comics en la red? ¿Trabajando para los americanos? ¿el mercado francés? ¿el minimercado español? ¿Guionistas de qué?... etc.
Hubo también su momento “surrealista” cuando los walkings dead tomaron Coruña, y yo me encontré, casado con una zombi y cenando con con las autoridades, ¡nada menos que en el Pazo de Mariñán!


La exposición sobre el “médico novato” que nos encargaron e ideó Elena, está muy bien montada, con elegancia. La primera vez que la recorremos nos emociona, como nos emociona andar por Coruña, por los rincones que nos recuerdan a Pablo.



En los próximos libros que estamos preparando veréis que el doctor Uriel sobrevivió a la guerra de milagro. Supongo que los malos recuerdos de las tierras de Aragón le impulsaron a buscar un sitio alejado, para recomenzar su vida como médico civil.
Encontró su nuevo hogar en la lejana ciudad de A Coruña, trabajando en el dispensario antituberculoso. En esta ciudad se casó con Cecilia, tuvieron cinco hijos y ejerció de radiólogo hasta su jubilación.


A pesar de la distancia, Pablo no pudo olvidar sus atroces experiencias como médico novato en aquella guerra sin piedad. Pero sobretodo no pudo soportar que el régimen de la dictadura celebrara los “Veinticinco años de Paz”, la “Paz de Franco” (1964) con una propaganda agobiante que, sobre todo, iba dirigida a los centros de enseñanza donde estudiaban sus hijos. Pablo se propuso contrarrestar esa campaña contándoles como vivió la guerra civil y que aquella paz no era sino la consecuencia del miedo, la secuela de un terror sistemático.
Elena recuerda que "...una vez al año, mi padre se iba dos o tres días a un parador que miraba al mar. Supe después que allí hilvanaba con una máquina de escribir sus recuerdos, ayudado por las notas que había ido tomando a salto de mata, a medida que sucedían las cosas o venían a su memoria”.


En 1970 su padre le dió a leer la copia mecanografiada de sus escritos, cosa que hizo de un tirón...” me parecía estar leyendo una apasionante novela, pero me costaba imaginarle protagonista de esas aventuras y sufrimientos”
 El relato que Pablo Uriel escribe es apasionante, sí,  pero ponderado a la vez, es un libro admirable por su emotividad sincera y por la huella que deja.
“Después de leerlo uno siente cierta desesperación, qué duda cabe, ¡Tanta crueldad! ¡Tanto sadismo! ¡Tanta ignorancia ! ¡Tanta torpeza! Pero, con todo, el libro transmite cierta fé en las posibilidades del hombre y, rebasando esquemas maniqueos, no cierra la puerta a un futuro mejor, fundamentado en la caridad, la inteligencia y el trabajo.” Esto dice Ian Gibson en el prólogo a la  edición de “No se fusila en domingo” (Pre-textos. 2005)
Pablo Uriel fué un “médico humanista”. Así tituló Berta Uriel su intervención en el homenaje que la Real Academia de Medicina y Cirugía de Galicia dedicó a su padre  el pasado 6 de agosto. Familia y amigos hemos celebrado juntos, este verano, la presentacion de “Un médico novato” y el centenario de Pablo, hemos celebrado la vuelta a la Coruña del Dr. Uriel.

lunes, 7 de julio de 2014

La cartelera Turia.





La cartelera Turia es una pequeña revista (12x17cms.) que se fundó en Valencia en 1964, hace 50 años. Una publicación semanal cuya función principal era informar sobre cine y espectáculos en las principales ciudades del País Valenciano. A lo largo de los años se fue convirtiendo en la publicación más vendida, ampliando su oferta de información y opinión sobre espectáculos, al arte, a la literatura, al cómic o a la gastronomía, por ejemplo. Una verdadera plataforma de apoyo a la cultura y un ejemplo de supervivencia poco común. Manuel Vázquez Montalbán dijo en 1989 “si alguna vez se abre un museo de la prensa escrita española, la cartelera Turia merece una vitrina aparte. Ha sabido sucederse a si misma y conservar la cara a pesar de las ganas que muchos han tenido y tienen de partírsela”. Entonces la cartelera solo tenía 25 años, ahora tiene 50.


Anoche se celebró la gala de los XXIII premios Turia 2014, que desde hace ya muchos años han adquirido una gran categoría. Entre los premiados que asistieron ayer, estaban Juan Diego, Karra Elejalde, Martínez Lázaro, David Trueba, Fernando Franco, Rodrigo Sorogoyen, Victor Manuel, el doctor Carbonell (ginecólogo conocido por su reto público a Gallardón y a su ley del aborto), sor Lucía Caram, las tres diputadas de las Cortes Valencianas que han logrado destapar los corruptos manejos de políticos tan chuscos como Cotino o Blasco, la actriz porno Sophie Evans y unos cuantos personajes más jóvenes, o menos conocidos como el que suscribe.

El premio Turia 2014  a la mejor contribución cultural del cómic fue para “UN MÉDICO NOVATO” ¡...Bieeeen!



Me dieron un “Halcón Maltés” precioso, como veis en la foto.
Abandoné la fiesta posterior que hubo en la Pinada de Burjassot sobre las 03´30h. El cuerpo no me daba para más y me fui a casa acunando a mi hijo pajaro entre mis brazos.

A pesar de ser domingo, hoy vuelvo a la mesa de dibujo para poder seguir cumpliendo mis plazos de realización de la siguiente novela. ¡Buf! Esta es la cara oculta del famoseo, hay que trabajar de sobra para poder salir en la próxima foto.

lunes, 26 de mayo de 2014

Yo, un autor vivo.


Entro en la librería y de pronto oigo: -¡Míralo! ¡Ahí está! ¡Ese es!
Se refieren a mí.  Las personas que hay en el interior nos observan sonrientes, a mí y a una niña sentada en el mostrador y sujeta por su madre. Se llama Irene, estudia tercero de primaria y me mira con ojos atónitos.
Había venido con su mamá a comprar mi libro para hacerle un regalo a su papá. La librera les comentó que yo estaba de camino hacia la librería y si se esperaban podría dedicárselo. Irene se empeñó en esperarme, quería conocer un autor vivo. Así lo expresó.

Me observó atenta mientras le dedicaba el libro a su papá con un dibujo coloreado con lapices y encantada me confesó que de mayor ella también quería ser una autora viva.     
Fue un ratito mágico tanto para Irene como para mí.
Si de aquí a unos años, Irene, se dedica a hacer libros, me encantará ir con mi gayato y mi boina  a que me dedique su obra.

Cuando vuelvo a casa sigo con lo que estaba, dibujando la historia, cosiendo pequeños trozos de tiempo con la punta del lápiz.

Lo que me he propuesto es hacer una historia durante tres años, que es como hacer un máster...
El primer año fui un novato, lleno de entusiasmo y excesos, pero observándome aprendí de mí mismo durante doce meses.
En este segundo año estoy más seguro de lo que hago, es más fácil progresar sobre lo ya construido. Ahora admito variaciones gráficas o narrativas que surgen del hecho de estar todos los dias dibujando.
Me pregunto como será el tercer año del máster y lo espero con ilusión.
Sé que cuando acabe el tercer libro tendré una obra larga, que empezó con un aspecto y una intención pero que ha ido creciendo, cambiando como cualquier ser vivo, como cualquier autor vivo.

jueves, 27 de marzo de 2014

La documentación.


Después de "Un médico novato" estamos ya dibujando la segunda parte de la historia que, por ahora, se llama "Atrapado en Belchite".

Son páginas menos agobiantes que las de la prisión militar que vimos en “Un médico novato”.  Son páginas con horizontes más amplios.

Ya fuera de la prisión, Pablo ha sido destinado al frente sur de Zaragoza, justo en el momento de la gran ofensiva republicana sobre la capital aragonesa. Gran parte del contenido de este libro sucede durante el asedio que sufrió Belchite en el verano de 1937.

Aunque he estado en el pueblo viejo de Belchite en varias ocasiones... he vuelto este año y gracias a Juan Carlos Salavera y a Jaime Cinca, que me acompañaron y sirvieron de guía,  he logrado concretar mucho mejor los escenarios que Pablo Uriel dejó descritos en sus recuerdos.


“La novia del viento”, así llaman a este monte que veis en la foto. Es un monte pelado, casi calvo, poblado de  hierbajos resistentes a un aire constante e implacable. Un monte que requiere un empinado ascenso y que se desgrana en granos de piedra y cicatrices secas. Allí arriba, aún se conservan restos evidentes de las posiciones y las trincheras que habitó Pablo junto a las tropas franquistas, en 1937. Allí encontramos peines de balas, botones metálicos, trozos de metralla y muchas latas de sardinas.



Hay algo especial cuando conoces un lugar tantas veces supuesto o imaginado. Lo siento, lo comprendo mejor y puedo imaginar lo que pudo ocurrir hace 77 años en este lugar.

A la hora de expresar con dibujos la acción de la historia, estas sensaciones vividas impregnan de sinceridad y verosimilitud las escenas. O eso me parece a mí.


En arte hablamos a menudo de iconicidad. La iconicidad o analogía es la semejanza entre una imagen y su referente. Una imagen más icónica quiere decir más análoga, más cercana al modelo. La falta de iconicidad es la abstracción, o sea el deseo de no representar nada que pueda hacer referencia a un modelo.

En una simplificada escala de iconicidad, de más a menos podríamos hablar de:
Una representación en tres dimensiones del modelo como lo más icónico. Seguido de una foto color del modelo. Un dibujo “realista”. Un dibujo sintético. Una representación figurativa no realista (cubista, por ejemplo). Un pictograma que busca la mínima referencia a la realidad. O la representación no figurativa (el abstracto), como lo menos icónico.

Cada temperamento artístico se sitúa cerca de uno u otro de estos escalones.

A mí me gusta sugerir referencias de la realidad porque me apetece un cierto grado de verosimilitud en mis historias. Pero mis referencias a lo real siempre son unas referencias sintéticas.


Quiero decir que quizás, los primeros acercamientos al modelo son más realistas, más concretos, porque uso un dibujo analítico, estoy analizando, midiendo la realidad y entendiendo su forma. Pero a continuación someto estas imágenes a un proceso de síntesis, de simplificación representativa hasta lograr que un rostro sean cuatro trazos negros sobre un papel blanco. Uso un nivel de síntesis similar cuando represento un coche o un paisaje y al final, todos estos dibujos yuxtapuestos van creando un mundo gráfico, representativo y comprensible que se va explicando a si mismo. Son esos momentos mágicos en los que te sorprendes a ti mismo y te encanta dibujar.

lunes, 20 de enero de 2014

Vida pública.


Hacía tiempo que yo no tenía vida pública y me han pillado un poco por sorpresa tantas entrevistas y tantas presentaciones con firma. Por las noches venga mirar el Twitter y los círculos de Google.

-¡Qué inventos! Antes no teníamos de esto -piensa el abuelo que vive dentro de mi.-
El libro "Un médico novato" quedó muy bien realizado. Un trabajo de diseño muy elegante por parte de la "Salita gráfica" y un trabajo de edición muy cuidado por parte de Catalina Mejía.


Se presentó en Valencia a finales de noviembre  2013. Ejerció de presentador mi amigo Álvaro Pons, con cariño y mucho conocimiento. No en balde, este hombre, debe haberse leído todos los tebeos, los cómics, los álbumes y las novelas gráficas del mundo. Nos acompañó Jesús Moreno, el editor, otro amigo. Fue un acto entrañable, además de un éxito de público. Vino toda la familia y alguno más. Llamadme tierno, pero yo me emocioné.


En diciembre fui invitado a Madrid al 20 aniversario de la FNAC Callao a presentar el libro  y a una sesión de firmas multitudinaria.  Imaginaos el ambiente de Gran Vía pre-navideña, mucha  gente, lluvia y manifestaciones contra el gobierno. Me pusieron la mesa de firmar  al lado de Paco Roca, Miguel Anxo Prado, Max y Kim. ¡Un honor!

El abuelo interior estaba asustado, pues pensaba que podía hacer  el ridículo, mientras mis compañeros se hartarían de firmar libros yo tendría que mirar descuidadamente a los neones del techo con cara interesante y desear que pasara el tiempo rápido. No pasó nada de lo que me temía y aguanté el tipo dignamente.


Como la temática del libro de Paco Roca  "Los surcos del azar" y mi libro "Un médico novato", coinciden en una reivindicación de la memoria histórica de España, hemos hecho varias presentaciones conjuntas por Valencia,  en la librería Futurama, en la Escuela de Diseño y otra vez en la FNAC, uniendo fuerzas.


Para mí es un placer compartir estrado con él. Aún recuerdo cuando, hace unos años, fuimos hasta Teruel todos los amigos, Diego, Modesto y 20 más, a ver cómo Paco recibía el premio Nacional de cómic de manos de los príncipes de Asturias . La fuerza y la profesionalidad de Paco Roca me han servido de ejemplo para volver al mundo de la edición, a contar historias con dibujos.


Aún tenemos que ir juntos a cenar y a presentar nuestros libros en un antiguo refugio antiaéreo en Valencia y en marzo a Alicante, en el 75 aniversario del final de la guerra civil y más viajes que van surgiendo, tanto en equipo como solitario. Sin parar, sin parar.
- Y mientras tanto ¡Menudo retraso que llevo con la segunda parte de "Un médico novato"! dice ahora el abuelo.